Padre Flaviano Amatulli y las Sectas Protestantes. y Testimonios

Biografía del padre Flaviano Amatulli Valente

Con motivo de las festividades en honor de la Santísima Virgen María Auxiliadora, el próximo mes de Mayo, La Parroquia de Empalme Escobedo, se engalana con la presencia del Padre Flaviano Amatulli Valente, el día 8 de Mayo en el Colegio Cristóbal Colón a las 18:00 Horas, por este motivo damos a conocer su Biografía:

Flaviano Amatulli Valente es un sacerdote católico italiano que actualmente reside en México; es el fundador del Movimiento eclesial «Apóstoles de la Palabra», cuyo propósito es realizar tareas de apologética y catequización en los sectores más pobres y descuidados de la grey católica latinoamericana para tratar de frenar el paso de estos a las sectas protestantes. Es uno de los apologistas más conocidos en el ámbito católico latinoamericano.

Flaviano Amatulli nació en el pueblo italiano de Conversano, en Bari, el 23 de mayo de 1938. Fue ordenado sacerdote en 1965 en Milán. Estudió Teología Dogmática y Comunicación Social. Se trasladó a México para dirigir la revista Esquila Misional, estuvo en dicha dirección en dos periodos distintos. Fue misionero durante 5 años entre los indígenas chinantecos de Oaxaca.

A partir de 1975 comenzó a fundar centros de formación para laicos. Hacia 1998 dichos centros serían unos quince.

El 2 de julio de 1978 fundó el movimiento «Apóstoles de la Palabra».

En 1986, los Obispos de México lo nombraron coordinador del Departamento de la Fe frente al proselitismo Sectario de México, incardinado a la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de México.

Es autor de aproximadamente 90 publicaciones, entre libros y folletos, que tratan de religiosidad popular, antropología, Biblia y apologética.

Actualmente se dedica a promover a nivel internacional la acción de la Iglesia para hacer frente al problema de las sectas.se enfoca sobre todo en la apologética católica frente a las denominaciones protestantes.

 

SECTAS RELIGIOSAS

¿Qué es una secta religiosa?

Una secta religiosa es un grupo de creyentes, separado del tronco originario. Nosotros los católicos ¿Qué entendemos por Sectas protestantes? Nos referimos a todos aquellos grupos que surgieron, y siguen surgiendo, en el Cristianismo desde fines del 1700. Por lo tanto, nos referimos a los grupos que se separaron de la Iglesia Católica al tiempo de Martín Lutero en el 1500.

Las sectas que están invadiendo a América Latina, vienen en Estados Unidos con fines esencialmente políticos, de disgregación en la unidad cultural, que encuentra en la Iglesia Católica su punto de cohesión.

Tienen aceptación entre la gente ignorante y marginada, en las periferias de las ciudades y en las zonas rurales más pobres y aisladas. En este sentido representan una forma de protesta contra el autoritarismo excesivo, que domina la sociedad latinoamericana a todos los niveles, y una válvula de escape para huir de la realidad demasiado dura. Por eso utilizan tanto temas apocalípticos del fin del mundo y el milenarismo, vistos como una era de paz y felicidad para los elegidos (ellos) y de muerte y destrucción para todos los demás.

Al mismo tiempo, padecen de los mismos complejos del sectarismo de siempre, que precisamente deriva de una conciencia más o menos clara de estar oponiéndose a la voluntad de Cristo, que quiso la unidad de sus discípulos (Jn 17,21). Para callarla, no se encuentra otro camino que recalcar las mismas absurdas ecuaciones, llenas de ceguera y fanatismo (la Iglesia Católica es la prostituta del Apocalipsis, el Papa es la bestia del Apocalipsis, el Vaticano tiene un tesoro fabuloso, etc.).

Uno de los grandes problemas que tenemos que enfrentar los católicos es el crecimiento y ataque de las sectas protestantes.

Por todos los medios tratan de desprestigiar a la Iglesia y afirman que lo que creemos no tiene fundamento bíblico. Desgraciadamente hay personas que por su ignorancia les han creído y han abandonado la Iglesia.

Actualmente existen más de mil sectas en el mundo y la mayoría dice ser la iglesia de Cristo.

Te preguntarás ¿A cuál debo pertenecer?

La repuesta es clara en la palabra de Dios, ya que Jesús no quiere que haya divisiones (sectas), pues Él fundó una sola Iglesia.

“Tú eres Pedro, o sea piedra, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,18).

Es totalmente falso que a Dios le agrade el sectarismo y que cada quien elija, como si fuera uno a un restaurante a ver el menú de las iglesias del día.

“Si alguien fomenta sectas, llámale la atención. Si no hace caso, trátalo como un pagano” (Ti 3,10).

Así que realmente queremos obedecer a Jesús, el nos dejó una sola Iglesia y a esa debemos pertenecer. Lo que dicen los protestantes de que da lo mismo cualquier iglesia o que no interesa, es un cuento para engañar al ignorante.

Vamos a comprobarlo viendo la palabra de Dios:

“El que los rechaza a ustedes, me rechaza a mi” (Lc 10,16).

“La iglesia es el pilar y la base de la verdad” (1 Tim 3,15).

Si Jesucristo fundó una sola Iglesia, es claro que los demás grupos son fundados por hombres hace algunos años.

Nombre Fundador Lugar Fecha

Adventistas William Millar U. S. A. 1818

Adventistas del 7º Día Elena G. De White U. S. A. 1863

Amigos de los Hombres A. Freitag Suiza 1920

Bautista John Smith Inglaterra 1606

Casa de Dios Samuel Ruiz Torreón, Coah. 1980

Ciencia Cristiana Mary Baker U. S. A. 1821

Conciencia de Krisna Abhay Charan India

Cuáqueros Jorge Fox Inglaterra 1691

Discípulos de Cristo Tomas Campbll U. S. A. 1763

Ejército de Salvación William Inglaterra 1878

Espiritismo Familia Fox U. S. A. 1848

Espiritualismo Roque Rojas México, D. F. 1880

Iglesia Cientología Lafayette Ronald Hubbard U. S. A.

Iglesia de Unificación Sun Myung Moon Corea 1954

Luz del Mundo Aarón Joaquín Flores Guadalajara 1926

Meditación Trascendental Maharishe Mahesh Yogui India

Metodistas John Wesley U.S.A.

Menonitas Mennson Simons Holanda 1543

Mormones José Smith U. S. A. 1830

Nazarenos Grupo U. S. A. 1919

Niños de Dios David Berg U. S. A. 1950

Pentecostales Grupo U. S. A. 1905

Reformados Calvino Suiza

Rosacruces Christian Andreae Holanda 1610

Sociedad Teosófica Elena de Blavatsky U. S. A. 1875

Testigos de Jehová Charles Taze Russell U. S. A. 1876

Valdenses Pedro Valdez Francia 1173

IGLESIA CATÓLICA JESUCRISTO JERUSALEM 33

Si tú quieres estar en un grupo fundado por un hombre, elije cualquiera, pero si quieres estar en la Iglesia, que fundó Cristo hace poco más de 2000 años, entonces permanece en la Católica.

La Iglesia que fundó Cristo es la católica

Esto es fácil de comprobar, pues la Iglesia de Jesús tiene que venir desde hace poco más de 2000 años y sólo la Católica puede demostrarlo.

La pregunta que siempre hay que hacerle al protestante, es que dónde estaban hace 2000 años y nunca pueden responder o salen con que estaban escondidos por que los perseguían.

Bueno, y dónde estaban hace 500 u 800 años… contestan que también estaban escondidos. La realidad es que no existían y por eso salen con el cuento de que los perseguían.

Al contrario la Iglesia Católica en cualquier año que pregunten dónde estaba, sí se puede contestar ya que viene desde el tiempo de Cristo.

Comprobémoslo:

60 Concilio de Jerusalén

110 San Ignacio de Antioquía

360 San Agustín

1226 San Francisco de Asís

1534 Concilio de Trento

1870 Concilio Vaticano I

Ninguna secta puede hacer esto, por eso sacan el truco de brincarse hasta el tiempo de la Biblia buscando en ella un nombre que se pueda poner para confundir a los ingenuos.

Cuando uno empieza a explicarles esto, dicen entonces por qué el cambió de vida en esa secta: que ya no se emborracha, ni le pega a su mujer y, cuando era católico, sí lo hacía…

A todos ellos hay que recordarles una y otra vez lo siguiente:

Para cambiar de vida no hace falta cambiar de iglesia, sino de corazón.

Si no hubo un cambio fue simplemente porque no se decidió a que Cristo lo cambiara, como lo ha hecho con muchos católicos que siguen firmes en la fe que Jesucristo dejó.

Además, en la Iglesia siempre ha estado un jefe visible, el Papa que es el sucesor del apóstol Pedro. Murió él siguió Lino, luego Anacleto, Clemente y así hasta llegar a Juan Pablo II y en la actualidad Benedicto XVI. 265 Obispos en Roma. Esto es la razón por la que estamos seguros de estar en la Iglesia que Cristo fundó. La Iglesia Católica no es la de un hombre cualquiera sino la del Hijo del Dios, Jesucristo.

La Iglesia de Cristo fue de santos y pecadores desde el principio. Judas lo traicionó, Pedro lo negó.

Algunos protestantes se dedican a buscar el lado oscuro de los católicos y decir que por eso no es la Iglesia de Cristo, pero se les olvida que desde el tiempo de Jesús ha habido grandes santos y también pecadores.

Basta con leer las Sagradas Escrituras en Mt. 13,24-30; 1Cor. 5; Hech.5. Ahí descubrimos que ya había problemas (mentiras, inmoralidad…), pero nunca se les ocurrió decir que no era la Iglesia de Jesús.

En su actitud constante de arrancarle al pueblo la devoción y el amor a la Santísima Virgen María, nuestros hermanos separados insisten en negar la perpetua virginidad de la Madre de Dios y Madre Nuestra, diciendo que en la Biblia se habla de “hijos” de María.

a. ¿Hijos de María?

En primer lugar, no existe un solo texto bíblico que diga “hijos de María”. En ninguna versión de la Biblia de todo el mundo aparecen esas palabras. Es un invento. A muchos protestantes les hemos pedido una sola cita nunca la pueden encontrar.

b. La palabra “hermano”

En la Sagrada Escritura lo único que dice sobre ellos “Hermanos de Jesús”, pero hay que entender bien estas palabras pues la Biblia se escribió en griego, hebreo y arameo hace miles de años y las palabras tienen diferentes significados al actual.

En el lenguaje Hebreo, la palabra hermano (Aj) y hermana (Ajot), no siempre significa que fueran hermano carnales es decir, hijos de la misma madre, sino que tenía muchos otros significados, por ejemplo:

Abraham, que es tío de Lot le dice: “Que no haya pleito entre nosotros… puesto que somos hermanos” (Gen 13,8).

Al de la misma tribu de “Moisés… vio como un egipcio golpeaba a un hebreo, a uno de sus hermanos” (Ex. 2,11).

A la esposa y novia: “Me robaste el corazón, hermana mía, novia mía” (Cant. 4,9).

Y así como estas, hay cientos de citas bíblicas, donde no son hermanos de sangre y sin embargo se usa la palabra “hermano”.

Cuando los Evangelios se escribieron, sus autores conservaron esta manera de pensar. Así que, los supuestos “hermanos” de Jesús no solo parientes.

c. Los cuatro hermanos

Vamos a demostrar claramente que esos supuestos hermanos de Jesús: Santiago, José, Judas y Simón no eran hijos de María y José, no eran hermano de carnales sino parientes de Jesús. (Mc. 6,2-3)

De Santiago nos dice la Escritura que era un “Apóstol, hermano del Señor” en Gálatas 1,19, Y al buscar las listas de los Apóstoles en Mateo 10,2-3 nos dice que el padre de Santiago era Alfeo y del otro Santiago Apóstol era Zebedeo. No dice que sea hijo de José, y si no es hijo de él, tampoco lo es de María. Ese es otro error de la mala interpretación de los protestantes.

De Judas en el libro de él mismo, se nos aclara que es hermano de Santiago. Si es así, tampoco es hijo de Maria, ni hermano carnal de Jesús, como lo vimos en el punto anterior.

De José dicen los hermanos separados que también es hijo de José. Eso es una gran ignorancia, ya que un judío nunca le pone a su hijo el mismo nombre.

A un evangélico, que tenía 19 años de ser cristiano, le dijimos que nos diera un solo nombre Judío que a su hijo le pusiera el mismo nombre. No pudo contestar (ni podrán). Así que tampoco José es hijo de María.

d. Primogénito y Unigénito

Hablando del nacimiento de Jesús el evangelista usa la palabra (Lc 2,7). Este es otro de los textos que mal interpretan los protestantes para decir que si hubo un primer hijo también hubo un segundo.

Esta afirmación que parece lógica es totalmente falsa al estudiar el contexto histórico y el significado que se le daba a la ésta palabra.

En el sentido bíblico la palabra “Primogénito” (Bejor en hebreo), es el primer hijo sin importar que fuera el único o varios. No tiene un significado matemático sino de culto.

De acuerdo a la ley de Dios la familia no se esperaba a que nacieran otros para consagrar al primero de ellos a Dios. “Como está escrito en la ley todo varón primogénito será consagrado” (Lc. 2,22-24)

Así pasó con Jesús, fue el primogénito y a la vez el único hijo de Maria, por eso cuando estaba en la cruz, al no tener hermanos carnales tuvo que dejar a su mamá con un discípulo (Jn. 19. 26).

e. Hasta que

El argumento de moda que usan los protestantes para decir que Maria no fue virgen es que Mateo dice que José no la conoció hasta que dio a luz (En este caso conocer significa tener relaciones sexuales).

En realidad la palabra “hasta que” no quiere decir que después si hubo algo. Simplemente se quiere afirmar que Jesús nació por obra del Espíritu Santo. Ese es el tema que está tratando.

Es como si yo dijera “hasta que yo viví no hubo ningún temblor” con esto no quiero decir que después si hubo un temblor. Pensar lo contrario es demasiada imaginación al ver muchas novelas.

Con respecto a esta manera de expresar la misma Biblia dice: “Mikol no tuvo hijos hasta el día de su muerte” (2 Sam 6,23. ¿Qué quiere decir? ¿Qué después de muerta si tuvo hijos? ¡Claro que no!… Veamos otro ejemplo “Siéntate a mi derecha hasta que hagas de tus enemigos el estrado de tus pies” (Sal 110,2).

¿Qué quiere decir? ¿Qué después ya no estará sentado a la derecha? Claro que estará sentado siempre a su derecha.

En resumen, la Biblia nos presenta a Maria como la mujer Virgen y Madre de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Hermano católico, decídete a conocer, vivir, celebrar y defender tu fe para ser un autentico Cristiano.

El material de este tema está tomado de libros y trípticos de los apóstoles de la palabra del padre Flaviano Amatulli, a quien agradecemos de todo corazón.

Por  Padre Flaviano Amatulli

CURIA DEL ARZOBISPADO DE MÉXICO

SECRETARIA DE CAMARA Y GOBIERNO MÉXICO 1, D.F.

IGLESIAS PROTESTANTES Y SECTAS

R.P. Pedro Herrasti S.M.

Censor NIHIL OBSTAT P. José Luis G. Guerrero

Por disposición del Emmo Sr. Administrador Diocesano se concede el IMPRIMATUR

Mons. Rutilio S. Ramos R. vicario Gral.

México, D.F., 6 de junio de 1995

Folleto EVC No. 84

IGLESIAS PROTESTANTES Y SECTAS

INTRODUCCIÓN.

Dios no ignora nada. Dios no tiene que improvisar. Desde toda la eternidad (Ef.1, 3-10) sus designios salvíficos para redimir al hombre del pecado incluían la Encarnación de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. El Eterno se haría hombre «nacido de mujer, nacido bajo la Ley» (Gál.4,4) con todo lo que esto significa, o sea, la aceptación de vivir en el tiempo.

Jesucristo sabe perfectamente que su permanencia entre nosotros es temporal y que su obra debe ser continuada hasta el fin de los tiempos por la Iglesia por El fundada.

Vemos cómo al dar comienzo a su vida pública, lo primero que hace es elegir de entre sus seguidores a «los que El quiso» (Mc.3, 13) constituyendo los Apóstoles y designando un jefe de entre ellos en la persona de San Pedro.

Si su muerte redentora en el Calvario es suficiente para salvar a la humanidad de todos los tiempos, la predicación de su Evangelio tenía que ser llevada por sus Apóstoles y sus sucesores, siglo tras siglo. No sería lógico suponer que aquella orden de «ir a predicar a toda criatura y bautizar a todas las naciones» (Mt.28,19-20) tendría su cabal cumplimiento durante la vida de los Apóstoles. Y vemos cómo antes de la muerte del último de los Doce, ya la Iglesia ha designado sucesores para proseguir la evangelización del mundo.

La fundación de la Iglesia, es pues, obra directa y expresa del Señor Jesús. La Iglesia no se inventó a sí misma ni surgió por generación espontánea. Tanto en el libro de los Hechos de los Apóstoles como en las mismas cartas de San Pedro o San Pablo, vemos cómo la Iglesia fundada por Jesucristo va tomando forma y se va extendiendo por todo el Imperio romano.

Los Apóstoles y sus sucesores tienen plena conciencia de que la tarea emprendida no terminaría con la muerte del último de los Doce, sino que deberá continuar hasta que el Señor vuelva según lo prometió.

No es concebible, pues, la idea de que en el transcurso de los siglos, se hayan ido fundando «iglesias cristianas» totalmente separadas de la Iglesia de Cristo, tanto en creencias como en autoridad y normas morales.

Todos los deseos de Nuestro Señor de que fuéramos «un sólo rebaño y un sólo Pastor» (Jn. 10, 16), de que fuéramos «uno como Tú Padre y Yo somos Uno» (Jn.10, 30), se ven contradecidos por el nacimiento de otras comunidades separadas y en contra de la Iglesia Católica.

Ya desde el primer siglo hubo dificultades porque Cristo fundó su Iglesia con hombres comunes y corrientes. La historia de la Iglesia es una continua lucha por preservar la unidad, dejando a izquierda y derecha herejes y cismáticas. Las causas de dolorosas separaciones, como la de Focio en el siglo décimo, han obedecido a razones mucho muy complejas en las que se han mezclado dogmas, autoridades civiles, ansias de poder, etc…

Pero el colmo llegó en el siglo XVI con el movimiento mal llamado de Reforma en el que la cristiandad occidental se dividió dramáticamente, división que perdura hasta nuestros días a pesar de los esfuerzos ecuménicos de algunas autoridades religiosas.

Debemos los católicos conocer el origen de esas divisiones para comprender la proliferación de sectas venidas en su mayoría de Estados Unidos y apreciar el don gratuito de haber nacido en un país católico. La ignorancia de hechos históricos irrefutables nos hace perder de vista en dónde está la Iglesia que Cristo fundó y contentarnos con cualquier otra fundada por un hombre cualquiera, venga de donde venga.

Mientras que otras religiones, como los judíos o musulmanes no hacen proselitismo en nuestra patria, tenemos en cambio la experiencia de las visitas siempre inoportunas de agentes de sectas derivadas del protestantismo.

Muchísimas familias católicas han vivido ya la tragedia de que alguno de sus miembros ha apostatado. En todos los barrios y pueblos de México ya existen «templos evangélicos» con mayor o menor éxito. El fenómeno de la expansión de dichas iglesias es mucho muy complejo, pero hasta el Santo Padre nos ha pedido actuar valientemente para detener su avance.

«Ellos salieron de entre nosotros mismos, aunque realmente no eran de los nuestros. Si hubieran sido de los nuestros, se habrían quedado con nosotros. Al salir ellos, vimos claramente que entre nosotros no todos eran de los nuestros» Jn.2, 18-19

IGLESIAS PROTESTANTES (Sectas o Denominaciones)

-Definición.

Bajo el término general de «protestantismo» se comprende el conjunto de doctrinas y de iglesias salidas de la «Reforma» del siglo XVI.

La palabra «Reforma» sirve también para designar al protestantismo y la razón es que sus principales jefes, Lutero y Calvino se creyeron enviados por Dios a reformar la Iglesia de Cristo, restaurar la religión del espíritu y sustituir las tinieblas del error y la corrupción de costumbres por la luz de la verdad y la pureza de la moral. «Post tenebras, lux».

-Origen.

Haciendo a un lado particularidades, podemos decir que: el protestantismo tuvo tres tipos de causa: intelectuales, religiosas y políticas.

*Causas intelectuales:

Hay muy estrecha relación entre la Reforma, movimiento religioso y el Renacimiento, movimiento intelectual. Desde el siglo XV, filósofos y pensadores redescubren en el culto a la antigüedad, un humanismo que poniendo al hombre corno el centro de todo, choca con la filosofía cristiana de los siglos anteriores, en los cuales Dios dominaba absolutamente el pensamiento de los intelectuales.

Iniciando ya desde entonces el racionalismo, hacen una crítica independiente de la cual no se escapa ni la Sagrada Escritura.

*Causas religiosas:

A la independencia de espíritu correspondía una gran libertad de costumbres. Desde hacía algunos siglos, abusos deplorables se habían infiltrado más o menos en todas partes; se notaba un rebajamiento en la moral de la Iglesia, que no cumplía sino imperfectamente su misión divina; en Alemania, de una manera señalada, el alto clero, mal reclutado entre los grandes señores, poseedor de grandes extensiones de terreno, no soñaba sino en la dominación y para ello se servía de la Iglesia, en vez de servirla.

El mal no era menor en los monasterios y el mismo Papado, convertido en una potencia italiana, preocupado por sus intereses materiales, olvidaba con frecuencia los asuntos espirituales.

Indudablemente era indispensable una reforma no ya en la constitución misma de la Iglesia o en sus dogmas, pero sí en la disciplina y en las costumbres. Esta reforma vino, desgraciadamente demasiado tarde, desde dentro de la Iglesia con el Concilio de Trento (1570), pero ya antes había estallado toda una revolución que no tuvo el carácter de reforma sino de ruptura de la unidad y destrucción del dogma católico.

*Causas políticas:

Por importantes que fueran las causas intelectuales y religiosas, la reforma protestante fue más que todo la consecuencia de un movimiento político, nacido de la ambición de los jefes de estado que vieron en la separación de sus iglesias nacionales de la autoridad de Roma, la mejor manera de acrecentar su poderío y de llegar a ser a la vez jefes espirituales y temporales de sus súbditos.

– Los hombres.  Martín Lutero.

Ya desde el año 1411, Jan Huss, en Praga había condenado agriamente los abusos y desviaciones de la época y siguiendo las doctrinas de Wycleff atacó a la Santa Sede. El Concilio de Constanza lo invitó a retractarse y al negarse a ello, la Inquisición lo condenó a muerte, siendo quemado vivo en 1415.

El malestar prosiguió y a principios del siglo XVI el ambiente estaba preparado para facilitar la explosión de un movimiento reformador. Solo hacía falta el hombre y la ocasión.

Llegó el hombre, Martín Lutero y la ocasión fue la cuestión de las indulgencias.

Lutero nació en 1483 y murió en Esleben, Sajonia, en 1546. En el año de 1505 ingresó al convento de los Agustinos en Erfurt y fue profesor de teología en Wittemberg. Para recaudar fondos para la construcción de la Basílica de San Pedro, el Papa León X encargó a los dominicos la predicación de nuevas indulgencias y Lutero se molestó por no haber sido encargada la misión a los agustinos.

Comenzó por condenar los abusos y el principio mismo de la indulgencia, así como su eficacia.

Fue excomulgado en el año de 1520, pero Lutero quemó públicamente el documento papal y acusó al Papa de anticristo. La Dieta de Worms presidida por Carlos V lo instó a retractarse, pero ante su obstinación, lo desterró del Imperio.

Fue protegido por Federico de Sajonia y permaneció en el Castillo de Waetburg, donde tradujo la Biblia al alemán.

En 1525 se casó con una exmonja Catalina Bora y se dedicó a predicar sus doctrinas, que tuvieron gran aceptación gracias a la protección de los príncipes sajones que aprovecharon la ocasión para rechazar la autoridad de Roma y de paso apoderarse de los monasterios y bienes de la Iglesia Católica.

Sus Doctrinas:

La teoría luterana de la ineficacia de las indulgencias forma parte de todo un sistema cuyo punto central es la justificación por la fe. En lugar de buenas obras, pone Lutero la de: «peca mucho y cree más». Así podría resumirse la idea maestra del reformador, de la cual saldrán otros varios puntos como consecuencia rigurosa.

Para Lutero, a partir de la caída de Adán, el pecado viene a ser una segunda naturaleza del hombre: «todo es pecado en el hombre, el hombre no es más que pecado».

Nada puede cambiar este estado de cosas y el único remedio es recibir la justificación que nos dan los méritos de Jesucristo por la pura fe. Las obras no sirven para nada. Y en consecuencia los sacramentos y el culto, son cosas superfluas.

Lutero admite tres sacramentos: Bautismo, Eucaristía y Penitencia, pero no procuran la Gracia y no se requieren para la salvación. El culto a los santos debe ser suprimido: deben ser imitados, pero no invocados.

No hay purgatorio.

La única regla de fe y la única autoridad es la Biblia interpretada por la razón individual.

La iglesia, por tanto es una Sociedad invisible, en donde no hay autoridad, ni sacerdocio, ni ordenación, pues todos los fieles son sacerdotes.

Sus teorías produjeron las opiniones más contradictorias entre sus seguidores y Lutero se vio obligado a organizar iglesias visibles, bajo la protección del Estado. Decretó en consecuencia que la predicación y la administración de los Sacramentos serían ejercidas por los elegidos por el pueblo, a quienes los ancianos les impondrían las manos.

Juan Calvino.

No fue tan solo Martín Lutero el promotor de la reforma protestante.

Juan Calvino, nacido en 1509, influenciado por las ideas protestantes tuvo que huir de Francia, perseguido por francisco I y se estableció por fin en Ginebra donde se convirtió en dictador religioso y moral estableciendo un gobierno teocrático que intervenía hasta en los detalles más míninos de los ciudadanos. Su persecución a los opositores fue terrible y sangrienta. Su más conocida víctima fue el español Miguel Servet al que mandó quemar vivo.

Sus doctrinas se parecen mucho a las de Lutero, pero va más allá, sosteniendo que una vez justificado el pecado por la fe, no puede ya perder la gracia de Dios, de lo que deduce la predestinación absoluta: Dios ha predestinado a unos a la salvación eterna y a otros a la condenación, sin atender a las obras que los hombres puedan realizar, buenas o malas.

Organizó a su iglesia independiente del Estado, gobernada por un consistorio compuesto por eclesiásticos elegidos por el pueblo. Este sistema se llama presbiteriano.

Enrique VIII.

La reforma en Inglaterra estalló poco después que el luteranismo lo hiciera en Alemania. Precursor de este movimiento había sido el ya citado Wycleff en el siglo XIV.

El rey Enrique VIII que había sido defensor de la fe católica, resentido por no haber podido obtener del Papa Clemente VII la sentencia anulatoria de su matrimonio con Catalina de Aragón, para poder «casarse» con Ana Bolena (a quien después mando matar, decapitándola), en 1534 declaró que el Papa es un obispo cualquiera, sin potestad en Inglaterra, de la cual «el Rey es, después de Cristo, el único jefe de la Iglesia».

Así nació la Iglesia Anglicana, al principio separada de Roma pero conservando la doctrina Católica. Del crisma cayó en la herejía con Eduardo VI que en una profesión de fe de 42 artículos, prácticamente adoptaba las ideas luteranas. En 1563 fueron retocados los 42 artículos y reducidos a 39.

El Protestantismo actual.

Desde el momento en que Lutero, Calvino y Enrique VIII rompieron la unidad con Roma y adoptaron como norma de fe la libre interpretación de la Biblia, perdieron la noción de lo que es la Iglesia que Cristo fundó.

Carentes de Magisterio infalible, abandonados a sus propias ideas, bien pronto se dividieron y subdividieron hasta el caos actual. Surgieron fundadores por todos lados, cada quien con sus ideas. Al principio hubo cruentos enfrentamientos de todos contra todos, pero en la actualidad han caído en una tolerancia absoluta, en que realmente a nadie le importa lo que otros crean o dejen de creer.

El movimiento protestante pasó a América por los ingleses que se asentaron en el norte del Continente, sin preocuparse por la evangelización de los moradores originales: la religión era cosa de raza blanca y las tribus indias no fueron ni conquistadas ni mucho menos evangelizadas: fueron exterminadas.

Muy distinta fue la visión de los españoles al llegar a estas tierras. Admitiendo las crueldades y abusos de la conquista, no podemos negar la preocupación de la Corona Española por la evangelización de nuestros indios.

Las inmensas dificultades de dicha evangelización fueron maravillosamente superadas con la aparición de la Virgen Santísima en el Tepeyac en 1531, apenas 10 años después de terminada la conquista. Por eso el Papa Juan Pablo II la llamó «Estrella de la Evangelización».

El desmoronamiento del protestantismo a todo punto de vista, ha llegado al colmo en los Estados Unidos, donde están registradas no menos de 21000 «iglesias», algunas muy poderosas y con gran número de seguidores, pero otras tan ridículas como la que cuenta con dos miembros, marido y mujer…

LAS SECTAS.

Se habla ahora de «Iglesias Históricas» y de «sectas» para diferenciar aquellas iglesias protestantes que revisten una cierta seriedad en su fe y moral, de aquellas otras carentes de consistencia y que por desgracia son las más agresivamente proselitistas en nuestra Patria, de las cuales tenemos que decir algunas palabras.

Historia de las sectas en México.

La independencia de México fue entusiastamente alentada por los Estados Unidos, pues mientras fuera España quien gobernara, no podrían dominarnos. Manejando hábilmente las ideas masónicas de la Revolución Francesa, ayudaron a los que ahora llamamos Padres de la Patria a vencer a la Corona Española y abrir las puertas al imperialismo norteamericano.

Joel Poinsett, el embajador americano en tiempos de Benito Juárez, convenció a este último de dar entrada los protestantes, pues mientras México fuera monolíticamente católico, los Estados Unidos no podrían adueñarse de nuestra economía, primer paso para la dominación política.

«Los hijos de las tinieblas son más astutos que los Hijos de la Luz» Jn. 16, 18

Así fue como en 1870 empezaron a trabajar en México algunas sectas americanas y para 1885 ya contaban con 35,000 adeptos. Cien años después, ya eran 880,000 y en 1980 eran dos millones doscientos mil.

Se calcula que en la actualidad existen en nuestro suelo entre cinco y seis millones de protestantes.

Este asombroso incremento ha sido posible gracias a una serie de circunstancias muy complejas, entre las cuales no podemos olvidar, por ejemplo, la inestabilidad política de México, desde tiempos de Juárez en donde la lucha por el poder fue terrible. El porfiriato por desgracia desembocó en la Revolución y degeneró en la persecución religiosa y el movimiento Cristero. La jerarquía Católica tuvo que replegarse y habiendo perdido todos sus privilegios y posesiones, empezar de nuevo a partir de cero en 1929.

La escasez de sacerdotes desde la independencia (gran parte del clero era español y tuvo que abandonar sus parroquias), dejó al pueblo sin pastores en manos de lobos con presupuesto en dólares.

Es así como ahora al restablecerse las relaciones Iglesia-Estado, aparecen registradas en Gobernación, más de 300 «iglesias». Actualmente ya hasta tenemos sectas autóctonas, «made in México».

Como hemos demostrado al principio de este estudia, Cristo fundo UNA Iglesia que históricamente hablando es la Iglesia Católica, por lo tanto, todas las iglesias emanadas de la «reforma Protestante», son falsas. La auténtica Reforma de la Iglesia surgió desde dentro, a partir del Concilio de Trento (1545-1563) convocado por el gran San Pío V y a grandes reformadores católicos como San Ignacio de Loyola, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Avila, San Jerónimo Emiliani, San Antonio María Zacarías y tantos y tantos otros, que sin abandonar el regazo maternal de la Iglesia, la purificaron y santificaron. Dios no abandona a su Iglesia y se cumple la promesa de Nuestro Señor: «Estaré con ustedes hasta el fin del mundo» (Mt.28, 20)

El error fundamental del Protestantismo.

Si a una casa le dinamitamos los cimientos, necesariamente se derrumbará totalmente.

Eso fue lo que hizo Lutero y después sus seguidores, al negar la autenticidad de la Iglesia Católica. Para independizarse de Roma tuvieron que inventar teorías y negar dogmas.

Del error básico de DESCONOCER LO QUE ES LA VERDADERA IGLESIA, se derivan como en cascada todos los demás errores protestantes:

a) Como la Iglesia es invisible, no hace falta estar en comunión con Roma.

b) Para desconectarse del Magisterio infalible y la tradición de la Iglesia, sostienen la libre interpretación de la Biblia, sacando cada quien sus conclusiones muy personales.

c) Para negar la Tradición, tuvieron que adulterar la Biblia o de plano suprimir libros enteros.

d) Habiendo roto con Roma, se quedaron sin sacerdocio válido y por lo tanto tuvieron que negar la validez y necesidad de alguno o todos los Sacramentos.

e) Desconociendo la esencia de la Iglesia de Cristo, se dedicaron a fundar, Biblia en mano, iglesias por todos lados.

Resultado: existen miles de «iglesias cristianas» predicando las doctrinas más contradictorias y sembrando la total confusión en el pueblo. Para subsistir independientes, la mayoría de las iglesias y sectas no tienen la más mínima preocupación ecuménica. Aquel deseo del Señor de que constituyamos «Un solo Rebaño y un solo Pastor»(Jn. l0,1 6), les tiene sin cuidado.

Faltos de autoridad, han olvidado la moral cristiana, sobre todo en cuestiones sexuales. El «No Fornicarás» y el «No desearás la mujer de tu prójimo» han caído en total desuso y ahora, para ellos, todo se vale: relaciones prematrimoniales, divorcio, anticonceptivos, homosexualismo y hasta el aborto.

Igualmente han suprimido del diccionario palabras como mortificación», «sacrificio» o «austeridad» y la principal preocupación es la búsqueda del placer a toda costa, de la comodidad, abundancia de satisfactores y prosperidad económica, aunque sea a costa de los demás. Es un materialismo práctico y desenfrenado en el cual las exigencias del cristianismo auténtico como el tomar la cruz en seguimiento del Señor, carecen de sentido.

«Aparecerán falsos Cristos y falsos profetas que harán señales y prodigios con el fin de engañar, aún a los elegidos, si esto fuera posible». Mc. 13,22

Una aclaración prudente:

Hay que decir, sin embargo, que no por ser falsas iglesias, todas sus enseñanzas son erróneas. Dentro de la inmensa variedad de iglesias y sectas protestantes, que se auto nombran, «evangélicas» para no despertar desconfianza, hay algunas mucho muy cercanas al Dogma Católico y que buscan afanosamente la unión de todos los cristianos. Pero también hay sectas absolutamente alejadas de la verdad y a las que no les importa lo mas mínimo el movimiento Ecuménico. Estas últimas son, por desgracia las más activas en México, como los Testigos de Jehová y los Mormones, refutados ampliamente en los Folletos EVC 12 y 10 respectivamente.

Recomendamos a nuestros alumnos la adquisición de las obras del P. Flaviano Amatulli en especial «Diálogo con los Protestantes» en la cual, entre otras cosas, analiza 31 iglesias o sectas, demostrando sus errores. Igualmente útil es «La Iglesia Católica y el Protestantismo».

(Apóstoles de la Palabra, Calle Agujas 676, Col. El Vergel, Iztapalapa, 09880 México, D.F. Te. 656 4218)

Ante el asedio permanente de las diversas sectas que difunden sus errores de puerta en puerta, es preciso que los católicos estemos perfectamente informados acerca de la verdadera Religión para que no seamos inquietados y desorientados por personas que tal vez de buena fe, pero totalmente equivocadas han dejado el catolicismo debido a su mortal ignorancia religiosa.

«Sépanlo bien: Nadie puede interpretar por sí mismo una Profecía de la Escritura». 2 Pe. 1,20

CONCLUSION.

Gracias a la prodigiosa evangelización realizada por los monjes españoles, nos tocó nacer en un país católico. No tuvimos que buscar afanosamente la verdadera Iglesia de Cristo. Nos bautizaron en ella sin haberlo siquiera pedido.

En primer lugar ¡cuán agradecidos debemos estar con Dios por este don gratuito! Tenemos muy cerca de nosotros, en nuestro propio barrio, una capilla católica en donde habita Nuestro Señor Sacramentado, Tenemos a nuestra disposición ministros de los Sacramentos que nos santifican y nos comunican la Palabra de Dios.

Pero en segundo lugar, debemos tratar de ser auténticos católicos, aprovechando todo esto. Y no solo a nivel personal, sino en nuestra comunidad. Si Dios nos concedió «nacer Católicos», debemos valorar este don y preservarlo para nosotros mismos y para los que nos rodean.

No podemos permanecer indiferentes ante la deserción de miles de católicos ignorantes, que abandonan la Iglesia de Cristo por seguir fantasías sectarias sin haber nunca apreciado lo que Dios les había regalado: La verdadera Religión.

Es absolutamente necesario y urgente prepararnos todos para rechazar toda clase de herejías y ayudar a los que nos rodean a hacer lo mismo. Una muy buena idea es propagar los Folletos EVC de puerta en puerta, de la misma manera que los protestantes diseminan sus errores.

¡No tengamos miedo! ¡Dios está con nosotros y la Virgen de Guadalupe no nos puede desamparar!

Evangélicos ¿Adoran a sus pastores? 7/16/2010

El doctor Jorge Rodríguez, quien anteriormente ha colaborado con ApologeticaCatolica.org poniendo a disposición de nuestros lectores su excelente libro de apologética “Defensa de la fe Católica” hoy vuelve a colaborar poniendo ahora a nuestra disposición un interesante artículo que analiza las frecuentes objeciones de los protestantes hacia la Iglesia Católica respecto a la veneración de las imágenes, y de María y los santos.

LOS EVANGÉLICOS “ADORAN” A SUS PASTORES

Por Dr. Jorge Arturo Rodríguez Reyna

En ciertas ocasiones he tenido la oportunidad de dialogar con hermanos y amigos evangélicos sobre diversos temas. Uno de esos temas, como seguramente se podrá suponer, es el tema de María y los santos, y como también es conocido ellos siempre han basado su ataque en descalificar la explicación que nosotros les damos al respecto.

Cuando ellos me han dicho que nosotros “adoramos” a María y a los santos, de una y mil formas he intentado hacerles comprender que lo que nosotros les brindamos es “veneración”, mas no “adoración”. Les explico que venerar es un grado máximo de respeto que se brinda a alguien por lo que ha sido, por sus actos, por sus ideas, por su conducta en general. Y precisamente eso es lo que nos hace venerar a nuestra Madre y a los santos del Señor, pues son personas ejemplares que nos sirven de modelo a seguir en nuestra vida cristiana. Por eso es que los veneramos o diciéndolo de otra forma: los respetamos en grado sumo.

Y para que no nos queden dudas al respecto, y confirmemos de una buena vez que andamos en lo correcto, recurramos al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la cual define los términos referidos, de la siguiente manera:

Veneración. (Del lat. veneratĭo, -ōnis). f. Acción y efecto de venerar.

Venerar. (Del lat. venerāri). tr. Respetar en sumo grado a alguien por su santidad, dignidad o grandes virtudes, o a algo por lo que representa o recuerda.

Así que con toda claridad se desprende de lo anterior que el hecho de “venerar” a alguien no tiene relación con la “adoración”, como nos quieren forzar a aceptar los amigos evangélicos, quienes parecieran no querer darse el trabajo de revisar el diccionario, cada vez que se los he intentado explicar de esta manera.

Por otra parte, ellos podrían argumentar que estas definiciones “no están en la Biblia” – alguno podrá decir incluso que el Diccionario de la Lengua Española la dirige el Vaticano o sostener otra ilusa teoría conspirativa tipo Dan Brown –, muletilla que repiten hasta la saciedad cuando quieren defender sus posturas. Pues bien, revisemos lo que nos dice la Palabra de Dios respecto a la veneración. Veamos si la veneración a personas diferentes de Dios es mala, pues obviamente si es mala, la Biblia la condenaría.

Y más aún: para que nuestros amigos evangélicos no cuestionen la versión bíblica, porque podrían sostener que la Biblia Católica está “alterada” – como piensan equivocadamente algunos de ellos – emplearemos la versión protestante Reina-Valera de 1960.

Analicemos entonces:

“Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras” (Isaías 58:13).

Esta cita nos dice que la “veneración” de cierto día de la semana, el día de reposo, es algo bueno ante el Señor.

“El anciano y venerable de rostro es la cabeza; el profeta que enseña mentira, es la cola” (Isaías 9:15).

Este versículo llama “venerable” a los ancianos de Israel, según Isaías.

“Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles” (Hechos 5:34).

Lucas nos relata como Gamaliel, doctor de la ley, era “venerado” por todo el pueblo, sin insinuar en ningún momento que era “adorado”.

“Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?” Hebreos 12:9.

Pablo nos habla de lo bueno que es “venerar” a nuestros propios padres y nos invita con mayor razón a obedecer a Dios, nuestro Padre Celestial.

Por todo lo anterior es que podemos afirmar que, bíblicamente, está permitida la “veneración”, es más, se aconseja la misma en ciertas situaciones. Obviamente estoy hablando de la “veneración” dedicada a personas diferentes de Dios, pues naturalmente Dios merece una veneración por encima de toda medida. Los santos y María reciben veneración – o respeto en grado sumo – como dice el diccionario claramente, por lo que significan para los cristianos, como ejemplos de vida, como modelos de vida santa dedicada al Señor.

Por esto es que los hermanos protestantes no tienen ningún asidero cuando dicen que la “veneración” es igual a la “adoración”, pues de seguir sosteniéndolo, estarían afirmando – equivocadamente – que la Biblia dice que debemos “adorar” a nuestros padres terrenales, cuando nos dice que los veneremos (Hb 12.9).

Tampoco tienen sustento para afirmar que la veneración es mala o es pecado, como acabamos de comprobar con la misma Palabra de Dios. Y más aún, no tienen porque criticar o condenar a los católicos, cuando les decimos que nosotros veneramos a la Virgen María y a los santos. Ya vimos que la Biblia nos permite hacerlo.

Pero seguramente, habrá algunos amigos evangélicos que pese a todo lo anterior, que resulta más claro que el agua más cristalina, seguirán insistiendo de alguna forma en que lo que hacemos los católicos al “venerar” a los santos es igual a “adorar” y continuarán igualmente criticándonos y atacándonos.

Es para ellos en particular a quienes está dedicada la parte final de este artículo.

Primero, veamos algunas imágenes y revisemos algunos textos que podemos comprobar sin dificultad entrando a los enlaces de internet que se citan a continuación. En ellos encontramos que muchos de los dirigentes o líderes de las comunidades evangélicas utilizan el título de Reverendo, otros el de Pastor Reverendo y otros el de Reverendo Pastor.

Pasemos a verificarlo con algunos ejemplos:

Comencemos por la página web del Movimiento Misionero Mundial del Perú:

“El reverendo Gustavo Martínez, presidente internacional de la obra; Rev. José Soto, vicepresidente y el Rev. Rodolfo González, tesorero de nuestra denominación…”

Continuemos con los Reverendos de otros grupos evangélicos:

Pastor General Rev. Dr. César Orlando Ayala (Iglesia Bautista de Westchester)

Pastor Reverendo Julio Negri Gutiérrez. Primera Iglesia Bíblica Bautista. Urb. Chorrillos. Huancayo. Perú.

Rev. Jorge Bravo, Obispo de la Iglesia Metodista del Perú

Reverendo Pastor Ismael Rueda Galindo. Hidalgo. México.

Pastor Reverendo Tomás Rodríguez. Iglesia de Dios Pentecostal MI Bo. Aceitunas. Moca. Puerto Rico.

Reverendo José E. Morales. Iglesia Cristiana Emanuel, INC. New Jersey.

Hay muchos ejemplos más sobre el uso del título de “Reverendo” que se pueden comprobar fácilmente visitando páginas protestantes o leyendo los artículos o revistas que publican.

A continuación, recurramos una vez más al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y estudiemos el significado de “reverendo” y otros términos:

Reverendo, da. (Del lat. reverendus). adj. Digno de reverencia. ||

Reverencia. (Del lat. reverentĭa). f. Respeto o veneración que tiene alguien a otra persona

De lo anterior se desprende que, si los evangélicos insisten en sostener que “venerar = adorar”, por tanto, ellos deben reconocer que sus pastores, al hacerse llamar “Reverendo”, están afirmando que son dignos de recibir reverencia, y como claramente hemos visto, reverencia es igual a respeto o veneración. En otras palabras nuestros amigos, los pastores evangélicos, dicen al emplear el título “Reverendo”, que son dignos de veneración. Y como todos los evangélicos dicen que “veneración = adoración”, por obvias razones, sus pastores estarían diciendo que ellos son dignos de adoración. Y la grey evangélica, al saludar a sus pastores y llamarles “Reverendo”, estarían reconociendo la validez de dicho título, y por tanto, les estarían “adorando”.

No es mi afán incomodar a los amigos evangélicos con este artículo, sino más bien hacerles ver el error en el cual incurren cada vez que nos acusan a los católicos de “adorar” a María y los santos, cuando nosotros les explicamos que lo que hacemos es venerarlos. Su postura equivocada no soporta el análisis lógico más sencillo como el que acabo de hacer, tanto así que si empleamos el sentido que ellos quieren darle a la palabra “venerar” entonces esto termina volteándose contra ellos mismos, como en el caso de sus “reverendos”.

No tengo por cierto, ninguna oposición a que sus líderes se llamen Reverendos y por tanto sean dignos de reverencia y veneración, por ende. Al contrario, tienen todo el derecho de emplear el título que mejor consideren. Me merecen el mayor respeto por el trabajo que hacen – aunque tal vez en la otra vereda – y creo por tanto que son dignos de recibir todo el respeto y veneración de su comunidad.

Pero así como creo lo anterior, creo también que los católicos tenemos todo el derecho de venerar a María, la madre de nuestro Señor, y a los santos, nuestros hermanos, quienes nos han antecedido en el encuentro con Jesús. Tenemos todo el derecho de brindarles el mayor respeto y veneración, por lo que vivieron y predicaron, por su martirio en muchos casos, por su vida santa. Bíblicamente ha quedado demostrado que podemos venerarlos, y también que, veneración no es igual a adoración. Los católicos única y exclusivamente adoramos a Dios, sólo a Él. A María y a los santos, los veneramos, cosa muy diferente a la adoración.

– Ad mayorem Dei gloria –

Etiquetas: Evangélicos

1 comentarios: Anónimo dijo…

Pues lo que tú llamas venerar es adorar, dirás a como repiten estos robots, pero tú cuando te inclinas a una imagen, no la veneras la estás adorando, te estás humillando para ella, en esa foto el Pastor está hablando y ellos están adorando, parecería que lo hacen para el Pastor, pero cada uno sabe y yo creo que se humillan para Dios, puede darse el caso de católicos que traten de adorar al Dios vivo, pero por lo que se les enseña adorar a una estatua, o también simplemente piensan que esa estatua le va a decir todo a Dios, pero volvemos a lo mismo si es que me catalogas como un robot, de todas maneras no hay por que tener imágenes en la Iglesia, no me digas que es por venerarlas y recordar a Dios, recuérdalo en tu corazón, a Él le interesa tu corazón! Dios te bendiga!

MI REGRESO A CASA (TESTIMONIO DE JOSÉ LUIS VELA)

Lo coloco para edificar a mis hermanos cristianos-católicos, y a todo aquél que vive dudando. No es mi testimonio, es de un buen amigo mío.

Este testimonio está dedicado a todos mis hermanos Clero y Laicos de La Iglesia Antigua. En él expongo los motivos que me hicieron desertar de la Iglesia, para ir a recorrer por 14 años el desierto del inmenso mundo religioso, en la búsqueda de respuestas a mis inquietudes donde me convertí en un cristiano evangélico protestante en contra de La Iglesia.

Hasta hace 2 meses en que tomé la decisión de volver a La Iglesia Antigua Universal, La Iglesia del Dios vivo columna y apoyo de la Verdad La Iglesia Católica Apostólica Romana

De la que Dios permitió salir para vivir en carne propia la amargura para conocer lo que siente ser protestante y sentir la humillación de ser despreciado de ser insultado como un hereje como un sectario. Hasta que Cristo Jesús tuvo compasión de mí y me levantó el castigo por mi falta de misericordia y comprensión de las debilidades de mis hermanos.

Espero sirva de algo para muchos hermanos Este testimonio está compuesto de 2 partes mi deserción del catolicismo, y mis vivencias como protestante, hasta el regreso de nuevo a la casa de mi Padre, después de 14 años.

¡Cristo Vive!, Gloria a Cristo.

«Porque todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios y somos rehabilitados por pura gracia y bondad por medio del arrepentimiento y La Fe hemos sido rescatados no con oro ni con plata sino con la sangre preciosa de Nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo el Hijo de Dios Altísimo.”

Gloria al Padre al Hijo y a Nuestro Señor El Espíritu Santo

Re: MI REGRESO A CASA (TESTIMONIO DE JOSÉ LUIS VELA)

Mi nombre es José Luis Vela, de profesión Contador, de 46 años, casado desde hace 26 años y vivo en México.

Mi historia comienza así:

Nací en una familia católica practicante, de origen humilde, mi madre desde joven, y siendo después madre de familia, siempre se dedicó al servicio de la Iglesia católica, daba «doctrina», era catequista, siempre sirvió a «la iglesia» por lo que tuve una buena formación católica, pues mi madre siempre nos enseñó «el catecismo» y nos llevaba a «misa».

Mi mamá tenía muy buena amistad con muchos sacerdotes de la «Iglesia» que nos visitaban y hacían de nuestra casa un lugar para reunir gente para enseñar el catecismo y dar la misa en una mesita que mi madre les ponía.

Cuando llegamos a vivir a la colonia, no había «iglesia» por lo que mi madre enseguida se avocó a buscar un terreno y con la aprobación de un sacerdote de la ciudad, se dedicó de lleno a levantar «la iglesia».

Hacía reuniones con las vecinas, y se empezaron a hacer «kermés», con ventas de antojitos, se hacían bailes populares etc. para reunir fondos y llevar a cabo la tarea que se había propuesto.

Tenía yo apenas 8 o 10 años cuando junto con mis hermanos ayudaba a mi mamá con estos trabajos, queríamos que se construyera «la iglesia»

Con el paso de los años se logró el objetivo, «la iglesia» se había hecho de material y con techo de concreto.

En ése terreno nos reuníamos en el principio bajo unos árboles, el sacerdote llegaba a dar «misa» pero ahora ya estaba construida con paredes y techo.

Llegó el día de inaugurarla, llegó el Obispo, y se hizo la fiesta con palmas flores y cohetes etc. pero antes de esto vi como ponían en el altar una cajita con un polvo, decían que eran las cenizas de un santo que harían sagrado el altar donde se harían las «misas» ´

Y así pasaron los años, siempre íbamos con mamá cada domingo a la «misa». Un día papá tuvo un accidente, yo tenía como 15 años y mi mamá me envió a buscar al sacerdote a la iglesia de la ciudad, para llevarlo al hospital, allí vi como mi papá ya no pudo «confesarse» pues estaba en coma, ni siquiera sé si le pudieron dar «el viático» o ultima comunión.

Mi padre murió, y lloré, y a mí me quedó la incertidumbre de saber si mi querido papá estaría con Dios o sufriendo en el Purgatorio y yo no podía hacer nada por él, pues no sabía con cuánto era suficiente para que Dios lo sacara de allí.

Pasaron los años y olvidé todo aquello, me enamoré y me casé.

Al primer año de casado mi esposa iba a tener un bebé. Pero hubo complicaciones, al noveno mes el bebé ya no se movía, nos dijeron que quizás estaba mal, entonces fuimos a la catedral de mi ciudad y allí le pedíamos a Dios y a la Virgen, que nos hiciera el milagro, y que le pondríamos a la niña Asunción, en honor del nombre de la catedral.

Pero no pasó nada, al nacer mi niña, ya estaba muerta, tenía algunos días de fallecida. No sabía que hacer, mi prima la bautizó así, muerta, yo no sabía si mi hija iría con Dios o al limbo lejos de Dios, no encontraba explicaciones.

Pasaron 6 años, después de ese tiempo mi esposa esperaba un nuevo bebé, y yo me acerqué más a «la iglesia»

Si desde niño siempre me confesaba cada domingo, ahora trataba con todas mis fuerzas de ser mejor y estaba al pendiente de mi conducta, por lo que cada vez que oía misa siempre me confesaba y comulgaba. Era yo un buen católico.

Re: MI REGRESO A CASA (TESTIMONIO DE JOSÉ LUIS VELA)

Pero no me contentaba ya, con ser un católico más, sino que le dije a Dios que quería servirle, ya que siempre desde niño le había dicho que yo sería un sacerdote, y no se había podido, pues mis padres no pudieron enviarme al seminario.

Así que ahora siendo casado, yo quería servirle, y quería que Dios me concediera el milagro de que mi hijo naciera bien, y así sucedió.

Un día en el confesionario le dije al sacerdote mi inquietud, yo quería conocer y leer más de Dios, así que me envió a una «iglesia» que tenía una librería.

Entonces me dediqué a comprar libros y más libros católicos, tenía mucha sed de aprender más de Dios, tantos que con el paso de los años me llené de muchos libros.

Pero por más que leía, a tantos autores católicos, catecismos etc. la sed no se apagaba. Estaba lleno de conocimiento, pero eran palabras de hombre.

Habían pasado algunos años, mi bebé crecía, y yo siempre leyendo libros, hasta que un día en la librería encontré un libro que llamó mi atención.

«Diálogo con los Protestantes» del P. Flaviano Amatulli Valente.

Lo leí con mucho interés, había citas de la Biblia, para confrontar las doctrinas protestantes y muchas bases bíblicas que apoyaban la doctrina católica.

Entonces compré mi primera Biblia para leer las citas que se decían. Costaba 45 pesos y la encargada de la librería me permitió pagarla en abonos, tenía al fin una Biblia, mi Biblia Latinoamérica.

Me entusiasmaba mucho el P. Amatulli con su libro porque yo quería aprender más de mi Fe y él la estaba explicando muy bien.

Un día en un «congreso» encontré a unas «hermanas amatullistas» eran varias jóvenes que habían dejado sus casas y sus familias, para dedicarse de lleno a la «defensa de la Fe» venían de algunos pueblos lejanos y vivían en un cuartito que les prestaban, me impactaron mucho, pues sentí mucha compasión por estas jóvenes que a veces no tenían qué comer, y se dedicaban a «defender» la iglesia.

Y seguía aprendiendo, entonces me fui a cursos «amatullistas» de la «defensa de la Fe» hasta que un día me gradué como «apóstol de la palabra» en una ceremonia.

Antes de ser «apóstol de la palabra» hacía algunos años que era yo de los «renovados» pues había estado en la Renovación Carismática Católica, en el año donde el Papa había declarado indulgencias plenarias que traté de «ganar» haciendo lo que nos indicaban en un tiempo que fue dedicado a la Virgen.

En mi búsqueda de Dios también había «pertenecido» años atrás al «Movimiento de Liberación», en donde un sacerdote todas las noches nos había instruido en la «teología de la liberación» en la cual yo caí sin saber, pues en una misa se nos había invitado a «las pláticas» que no hacían más que fomentar el odio hacia los ricos, al final de varios meses de instrucción me habían nombrado «precursor» entre los «evangelizadores» «proclamadores» etc.

De éstos dos grupos: Renovación Carismática y los de la teología de la Liberación, en los que yo había entrado en mi búsqueda de Dios, sólo encontré que buscaban captar adeptos para su «evangelización» de las masas.

Pero ahora sería diferente decía yo.

Los «apóstoles de la palabra son gente preparada y su fin es ayudar a contrarrestar el protestantismo, que tanto daña a «la iglesia» y yo me sentí llamado por Dios para esta obra.

Dios quiere que yo sea un «apóstol de la palabra» el nombre sonaba bien. Así que me dediqué de lleno a leer todos los libros escritos por el Sr. Flaviano Amatulli: «Dialogo don los protestantes” catolicismo y protestantismo» El sectarismo nos cuestiona» Los testigos de Jehová.»Para ti hermano sabatista»» La luz del Mundo» etc. etc.

Era ya un «apóstol» así que me pusieron a trabajar.

Con coraje rebatía y combatía a los «protestantes» de cualquier denominación o secta, entrábamos a los templos a espiar cómo eran sus doctrinas, para enviar los informes a la sede del Movimiento, de allí se sacaban nuevos libros donde se rebatían todas las doctrinas «herejes» etc.

Entrábamos a las casas de los católicos y les quitábamos las Biblias «protestantes» para canjearlas por Biblias católicas que dábamos en pagos. Luego recogíamos Biblias de protestantes de toda clase, «valeras» etc, un día hicimos mis hermanas «apóstoles» y yo una pira de Biblias y les echamos fuego.

Nos habían sembrado un celo «católico» que nos hacía sentirnos que éramos los «verdaderos» cristianos de la «única iglesia fundada por Cristo»

«Los protestantes» son unos perdidos, se han salido de la «iglesia» y fuera de la «iglesia» no hay salvación.

Aquí tenemos la verdad, tenemos los sacramentos que son los medios que Dios usa para darnos la gracia, tenemos a la Virgen, tenemos la Ostia que no tienen los protestantes.

A un «protestante» nunca le den la razón, ¡aunque la tenga!

Estas eran las frases que nos repetían siempre, así que nunca pensé que pudiera llegar a salirme de la «la iglesia» -aquí estoy seguro- decía.

Pero pasó el tiempo, y un día me avisaron que mi mamá había tenido un accidente y estaba grave.

Llegué a la Cruz Roja pidiendo a Dios que me dejara hablar con ella y no muriera, y así sucedió, todavía pude hablarle.

Mi hermanos ya le habían llevado un sacerdote, se había confesado, y comulgado, pero había algo.

Cuando me quedé solo con ella me dijo: Hijo no me siento bien, y ya me confesó el padre José.

Entonces le dije que iría a buscar a mi amigo el sacerdote franciscano, ellos son frailes de convento y son más humildes y buenos, te sentirás bien, y procedí a ir a buscarlo para que la «confesara»

Al final el sacerdote dijo a mi madre y a mí que no había porque estar inquietos pues ya le había dado los «santos óleos»»ya todo está bien»

Pasaron los días y mi madre seguía sintiendo una inquietud, una incertidumbre.

Todas las noches me tocaba estar cuidándola, y para no dormirme se me ocurrió ponerme a leerle la Biblia.

Después de varios días mi madre perdió la noción y no habló más, quedó muerta en vida, teníamos que darle la comida por una sonda, y así pasó sufriendo varios meses, llena de llagas en su espalda, por estar siempre acostada, sin poder hablar, ni ver, ni oír.

Todas las noches le leía la Biblia con la esperanza de que quizás me oiría y despertaría, hasta que no pude más y le pedí perdón a Dios por haber intervenido en sus planes, por haberle pedido que Dios que le prolongara la vida, para satisfacer el egoísmo de tenerla conmigo. Al otro día mi madre murió.

Allí aprendí a no interferir en los planes de Dios, y a poder entender lo que quiere decir «hágase tu voluntad»

Estaba derrumbado, había sido un golpe duro de la vida, así que a partir de entonces me dediqué de lleno al servicio de Dios en «la iglesia»

Seguí al servicio de la «iglesia» como «apóstol de la palabra» pero aquel contacto que había tenido todas las noches y durante varios meses con La Santa Palabra de Dios cuando la leía a mi madre tendría sus frutos.

Todo esto se quedó en el subconsciente y yo seguí mi vida normal.

Continué con «mi lucha» contra los protestantes a quienes retaba cuando los veía metidos por las casas, y con lo que no «dialogaba» sino despreciaba y contendía lleno de ira por sus herejías.

Mi trabajo en la «iglesia», era recorrer las calles empolvadas de las colonias populares, para llevar el mensaje del «evangelio» visitar las casas buscando parejas que no están «casadas por la iglesia» para llevarlas y darles cursos de preparación para el matrimonio, niños sin bautizar, niños que no han hecho su primera comunión etc.

Luego de captarlos los llevaba a una pequeña iglesia donde mis hermanas y hermanos «apóstoles» nos dedicábamos a darles la preparación necesaria para recibir «los sacramentos»

Me encomendaron un día la iglesia en una iglesia, que reclutara gente que viviera «amancebado» para que se casaran «por la iglesia» así que procedí a recorrer calles de una colonia tocando puertas.

Así se reunió un buen grupo de parejas a las que me tocó instruir para que se casaran en la tradicional ceremonia del 10 de mayo.

Así que me dieron un catecismo y un instructivo de lo que se «debían aprender» y «responder» para cuando el sacerdote los «confesara»

Así que les di el catecismo y el librito, pero aún faltaban muchos días para el 10 de mayo, y una noche le dije a Dios.

Señor ya no sé que enseñarles pues ya les di lo que tenían que repetir cuando los «confiesen»

Así que mañana si tú me ayudas les voy a dar, todos los textos que hablan del matrimonio en la Biblia,  ¡Les voy a enseñar con la Biblia!

En los siguientes días casi todas las parejas ya se habían conseguido una Biblia, y yo les decía los textos que hablaban del la vida de los esposos.

La gente estaba entusiasmada porque leían La «Palabra de Dios» directamente y aprendían muchas cosas, leían con mucho respeto pues estaban leyendo La Biblia.

Aclaro que yo no les interpretaba, sino que siempre les decía «ustedes que entienden, que Dios les dice aquí»

«El que se une a una prostituta se hace un cuerpo con ella, pues Dios dijo serán una sola carne»

Maridos amad a vuestras esposas…. el que ama a su esposa se ama a sí mismo.

Padres no sean injustos con sus hijos….hijos amad a vuestros padres…

Las parejas salían de la «iglesia» muy edificado comentando lo que habían leído, se notaban que empezaban a ver las cosas en forma distinta.

Al final cuando se acercaba el 10 de mayo, me dijeron: Hermano José Luis, nos ha gustado mucho lo que ahora hemos aprendido directamente de la Biblia, así que después que pase la fiesta del casamiento, queremos seguir reuniéndonos para seguir aprendiendo lo que Dios nos dice en su Santa Palabra.

Así que paso el día y yo no fui al casamiento, días después del 10 de mayo, me encontré con varias señoras para felicitarlas por su casamiento.

Me dijeron: hermano José Luis, el padre no nos quiso casar. ¿Porque? les respondí

Pues mire Ud. sabe que muchas de nosotras somos muy pobres y el joven que atiende la oficina (generalmente protegidos del padre) nos dijo que teníamos que pagar por la alfombra y las flores, le dijimos que nosotros llevaríamos las flores, pero que no nos pusiera alfombra.

Luego al otro día fuimos con el padre para que nos confesara, pero nos hizo muchas preguntas que algunas no pudimos responder, y sólo casó a una señora que si se supo de memoria el catecismo.

Entonces nos dijo: quien los preparó – respondimos el hermano José Luis y nos enseñó muchas cosas de la Biblia, que nos han ayudado a nuestros esposos y a nosotras a conocer más de Dios.

Pues así no los voy a casar.

Así que al final lo que importaba es «repetir» formularios y respuestas preconcebidas para poder casarse.

Como ejemplo la definición de lo que es un sacramento:

«Un sacramento es un signo sensible que nos confiere la gracia.»

Sin embargo la gente pobre de las colonias, que a veces no sabe ni leer ni escribir, la gente de escasos recursos económicos, sociales, y culturales, no saben ni que es Sacramento, ni qué es Signo, qué es Sensible, ni qué es Gracia

Continué sirviendo a «la iglesia»

Una cosa me molestaba, el por que ése muchacho encargado de la oficina que era el «protegido» del padre les pedía cosas a la gente pobre, acostumbrado a estar detrás de un escritorio, no valoraba el gran esfuerzo y trabajo que se hace para llevar a la gente católica a la iglesia para que se acerque a Dios y oiga «misa»

Mucha gente católica no va a misa y vive lejos de la » iglesia» decía yo.

Terminé mi servicio en esa iglesia, seguí siendo apóstol de la palabra, y me fui a trabajar a otra iglesia»: la de los padres «escolapios»

Volví al trabajo pastoral, ahora sólo, sin mis hermanas que se habían quedado en otra capilla, y empecé a formar nuevamente grupos de oración y lectura de la Biblia, para canalizarlos a la iglesia de los padres escolapios.

Un día llegó a la reunión una señora llorando porque su hijo había muerto. Me dijo:

Hermano José Luis, mi hijo estaba muy grave y fui a buscar al padre pero no quiso ir, cuando murió mi hijo lo fui de nuevo a buscar pero no quiso ir a rezarle algo de «cuerpo presente».

Finalmente cuando lo íbamos a enterrar le pedí nuevamente que lo fuera a despedir pero me dijo que estaba muy ocupado y que mejor le rezáramos un «rosario».

Ahora no sé a dónde estará mi hijo. Si se fue con Dios o está en el Purgatorio.

Entonces yo trate de justificar al padre diciéndole que hay muy pocos y que luego tienen mucho trabajo, y que tuviera confianza en Dios que su hijo ya estaba con Dios.

Al terminar la reunión pasé por la iglesia para ver al padre, pero éste salía muy rápido en su automóvil nuevo, porque era maestro de la mejor Universidad privada para gente rica que hay en esta ciudad y se le hacía tarde para su clase de religión y moral que allí imparte.

Que difícil es entender que el amor no es teoría, sino práctica viva.

El amor al prójimo no se aprende en el seminario.

Pero no me desanimé y seguí adelante «sirviendo» a «mi iglesia»

Porque la gente católica está ávida de conocer más de Dios, el pueblo tiene sed y hambre de Dios.

Pasó el tiempo y seguí adelante a pesar de las injusticias, nunca me saldré de «mi iglesia» al contrario tengo que ayudar, decía. Un día en una reunión en otra colonia se me acercó una señora y me dijo:

Hermano José Luis yo estoy muy lejos de Dios, y no me puedo acercar a Dios.

Porqué hermanita, dígame usted.

Pues pasa que hace unos años conocí a un hombre y luego pues por mi ignorancia me fui con él, y él me dijo que nos casaríamos cuando hubiera dinero.

Han pasado los años ya tengo hijos y no nos casamos, un día lo seguí entró a una casa y entendí que el ya es casado y tiene otros hijos más grandes que los míos, y ahora pues no me puedo casar «por la iglesia»

Todo esto se lo dije al padre y él me ha dicho que no puedo «comulgar» pues estoy en «pecado»

Así esta señora me dijo llorando que Dios no la acepta, porque no está casada «por la iglesia» y le niegan «la comunión» y no sabe qué hacer, aunque ella ha sido víctima del engaño de su esposo «la iglesia» la rechaza.

Así que lo único que le dije es que Dios sabe muy bien lo que hay en su corazón, aunque la «iglesia» no le permita «comulgar»

La mayoría de los «sacerdotes» aplican el Código de Derecho Canónico por encima del amor al prójimo. El amor no se aprende en el seminario.

Pero yo seguí en «mi iglesia» a pesar de estas cosas. Llego el año 1990, el Señor tenía sus planes. Me había dedicado mucho tiempo de lleno al servicio de «mi iglesia»

Ya daba conferencias en varias iglesias, y hasta se me concedió sin pedirlo, llegar predicar durante siete días en la misma iglesia donde me había casado en 1977

Para entonces me tocaba renovar «mi promesa» como «apóstol de la palabra» en el movimiento del padre Amatulli.

Pero no quise seguir trabajando en las iglesias donde hubiera sacerdotes salidos del seminario, ahora trabajaría en la iglesia franciscana.

Allí hay sacerdotes que son «frailes» salidos del convento, son más humildes, generosos, y buenos, decía yo.

Para entonces mi amigo Ángel un sacerdote de 60 años con quien conservo amistad hasta la fecha ya lo habían cambiado a otra «provincia» como le llaman ellos, así que los sacerdotes franciscanos que estaban encargados de ésa iglesia no me conocían.

Mi interés de trabajar con los franciscanos, surgía de mi gran admiración por San Francisco de Asís, pues desde niño siempre quise ser como él.

Había visto una película de él, cuando era niño y me gustaba ver su hábito café y gran amor por los pobres, el cómo Dios le había dado los estigmas y su valor para vivir el Evangelio tal como lo leía en La Escritura.

Así que desde hacía años frecuentaba la iglesia franciscana, oía misa, a veces hasta dos, una misa tras otra, y me quedaba mucho tiempo solo en la iglesia rezando «laudes» y «vísperas» pensando en las cosas de Dios.

Llegué y me presenté con el padre superior y le dije mi intención como «apóstol de la palabra» de salir a buscar a la gente que no iba a misa, haciendo grupos de oración por las casas e invitando a todos para que se acercaran a «la iglesia» . Y me dio su consentimiento.

Hasta aquí una pausa, para decir que mi búsqueda intelectual de Dios siempre siguió, seguía leyendo libros, estaba por ésa época las apariciones de la virgen en Medugorie, con sus mensajes de los 6 videntes, toda esta apología escrita con mensajes a cada rato los leía con avidez y coleccionaba todos y cada uno de los mensajes.

Los libros, «La virgen está en Medugorie» y demás influenciaron para investigar las demás apariciones como la de Fátima, con sus 3 secretos y las «Advertencias Marianas a la humanidad» en especial sobre el 3er secreto de Fátima, toda esta literatura incluyendo los libros de San Alfonso María de Ligorio con «Las glorias de maría» etc. me habían hecho un defensor de María que nadie podía rebatir.

Recuerdo que tan influenciado estaba con el 3er secreto de Fátima, que un día de La Candelaria siendo ya las siete de la noche salí corriendo a la iglesia para que me «bendijeran» algunas velas.

Pues había leído que en los 3 días de oscuridad «solo las velas benditas alumbrarán» pues la virgen «ya no aguanta el brazo de su Hijo que ya quiere castigar a la humanidad etc.

Creo que leí toda clase de literatura católica incluyendo «La historia de la iglesia» La Didaké de los apóstoles, Cartas de San Ignacio en su camino al martirio, El pastor de hermas, San Cipriano, San Basilio en Grande con su tratado sobre el Espíritu santo, algunas Encíclicas de Juan 23 y Paulo 6o etc. etc.

Mi mente estaba saturada de catolicismo, ¿Cómo iba yo a salirme de «la iglesia?

El tiempo se acercaba y los acontecimientos se preparaban en un cambio tan sorprendente que no es fácil de explicar.

Mi mente seguía llenándose de toda clase de lecturas católicas pues siendo católico no creía nada que no estuviera aprobado «nihil obstat»

Todo lo demás eras «herejías» de las sectas que quieren «destruir» la iglesia»

Pues entonces empecé a trabajar en aquella «iglesia franciscana» el sacerdote me dijo: ¿Tú sólo?

Le contesté sí, y voy a ir por las casa a buscar a los que ya no vienen a la «misa» y si me encuentro con los «protestantes» estoy preparado para contestarles y para convencerlos para que regresen a la iglesia.

Y así empezaron a llegar más gente a aquella iglesia, y yo seguía llevándoles el mensaje hasta sus hogares haciendo reuniones de oración, y de lectura de la Biblia, exhortándoles a ir a la misa.

Y pasó el tiempo, un día en una reunión en una casa, se me acercó un viejito. El viejito tenía más de 80 años y me dijo:

Yo quiero acercarme a la iglesia, tengo muchos años que no «oigo misa, pero me da miedo acercarme al sacerdote y no sé que debo hacer.

Apenas podía caminar usando un bastoncito, así que le dije:

Dígale a su familia que lo lleve a la iglesia mañana en la tarde que yo voy a estar allí, hablaré con el sacerdote para que lo «confiese» especialmente a esa hora.

Así que hable con el sacerdote y le expuse el caso.

Cuando llegó el viejito que era muy pobre, le dije que no tuviera miedo que yo iba a estar rezando por él para que Dios le perdonara, y lo llevé al confesionario, donde el padre lo esperaba.

Después de un largo tiempo, vi venir al viejito llorando.

Le pregunté qué había pasado, y me dijo llorando como un niño: No me quiso perdonar

Pues yo le dije: el sacerdote sus motivos tendrá, pero si usted verdaderamente está arrepentido Dios si lo ha perdonado.

Cuando «la iglesia» aplica sus leyes se olvida del amor, del perdón y la misericordia.

«Nunca me saldré aunque vea malos ejemplos» siempre decía, continué mi labor pastoral, y pasaron los meses.

Hasta que llegó un día en que me pidieron que diera un curso de «protestantismo y defensa de la fe» en aquella iglesia, el sacerdote lo anunció en las misas y la gente se preparó para los siete días continuos en que me pasé horas tras horas explicando y refutando las doctrinas anticatólicas.

La gente estaba enardecida, » ahora sí ya podemos defendernos de esos protestantes porque ya sabemos cómo responderles.»

Los franciscanos escuchaban y estaban felices, la gente llenaba la iglesia, y al terminar el curso querían más y más.

El padre superior, les dijo que no se podía seguir usando la iglesia porque había otras actividades que tenían que seguirse.

Pero la gente le pidió permiso al sacerdote para seguir reuniéndonos en una casa, «esto ya no lo dejamos queremos saber y conocer más.»

Sin embargo este «conocimiento» no nos llevaba a ser mejores cristianos, sino que nos llenaba de soberbia y altivez pues ya «sabíamos» y nadie nos iba a convencer de irnos a una secta.

Todo lo que sembraba provocaba contiendas y odio hacia los «protestantes herejes” pero estaba bien porque se «defendía a la iglesia»

Y así empezamos nuestras reuniones en las que por más de seis meses les transmití todo lo que había aprendido con respecto a la defensa de la fe.

Siempre llevaba mis «papelitos» donde estaban apuntadas las citas que convenían a lo que iba a predicar, por ejemplo MT 16,18 MT 28,19 etc

Ahora entiendo que cuando uno se hace una idea de Dios y luego busca en la Biblia las citas que apoyen esta idea, no se está buscando hacer la voluntad de Dios, sino la voluntad del hombre.

Así que se usaba la Biblia como un menú de un restaurante para escoger los textos, sacados de su contexto para apoyar ciertas ideas.

Pero pasados los seis meses de ardua «evangelización» se me acabaron los temas, las citas y los papelitos en que apuntaba lo que convenía a «mi iglesia» Pero la gente pedía y pedía, más. Para entonces todos usábamos la Biblia Latinoamérica en nuestras reuniones.

Un día llegando de noche a la casa empecé a orar y le dije a Dios

«Señor, se me acabaron los temas y no sé que les voy a enseñar mañana ,así que si tú me ayudas, Yo voy a decir lo que tú me pongas cuando abra la Biblia, así como hacía San Francisco y le contestabas.

Al otro día cuando estábamos en la reunión una señora me dijo: hermano háblenos del rosario. Y yo abrí mi Biblia como le había dicho a Dios y lo primero que encontré fue:

«cuando oren no usan vanas repeticiones como hacen los paganos»

Todos leyeron esto y les dije, ustedes que opinan de lo que nos dice Dios en este texto. Nadie respondió. Yo mismo estaba sorprendido y no sabía que hacer ni qué decir.

Y así fueron pasando muchas otras cosas, un día al abrir la Biblia encontramos el texto que dice:

Hay un solo mediador entre Dios y los hombres,  y otra vez, Jesucristo está sentado a la derecha de Dios rogando por nosotros.

Todo esto nos enmudecía, y no comentábamos nada Pasó un año de reuniones y de lectura de la Biblia. Cada vez estábamos más sorprendidos pero nadie del grupo se atrevía a decir nada.

Un día se volvió a leer el texto de las vanas repeticiones y una señora se armó de valor y nos dijo que Dios nos estaba hablando a todos y que todo lo que leíamos venía de Dios.

Yo no pude seguir callando y les dije a todos:

Si continuamos leyendo la Biblia nos vamos a quedar fuera de «la iglesia» y adónde vamos a ir?

Yo por mi parte aquí le paro, no quiero saber más, pues tenía mucho miedo de lo que iba estaba pasando.

Pero otra señora muy valiente nos dijo a todos: Hermanos vamos a orar y pedirle a Dios que nos ayude, y a partir de ése días todos juntos hicimos una profesión de Fe.

«Señor Jesucristo no sabemos que vamos a hacer, pero nos entregamos a ti, recíbenos te aceptamos que sólo tú eres la Verdad y la vida queremos seguir tu camino, mándanos tu Espíritu Santo para que nos guíe a toda verdad.

Algunas hermanas no sabían que hacer, habíamos comentado y buscado juntos muchas cosas, y Dios nos había dado las respuestas. Pero era algo muy difícil de creer.

Nos preguntábamos: ¿Entonces ya no somos católicos? a donde vamos a ir si todos los protestantes están mal.

No será nuestra imaginación, ¿Y si estamos creando una secta? miles de preguntas se agolpaban en mi mente.

Así que después de varios meses decidimos dejar de reunirnos todos los hermanos y nos despedimos, nunca más nos volveríamos a reunir, porque todo esto nos estaba llevando fuera de «la iglesia» y teníamos miedo.

Caí en un estado de depresión, todo mi mundo religioso se vino abajo, ya no era católico, ya no era nada.

Ya no sabía a quién creer, si a la Biblia o a la iglesia.

Toda la jactancia del saber, del conocimiento estaba humillada, Dios me había golpeado muy duro, estaba vencido por La Santa Palabra de Dios pues no podía ir en contra de mi propia conciencia.

No tenía ya iglesia, no tenía nada, sólo me quedaba mi Fe en Dios.

Pasaban los meses y me iba a trabajar mecánicamente y llegaba a la casa y me tiraba en cama con la vista perdida, nada me importaba caí en un estado depresivo que duró mucho tiempo.

Todo mi mundo se había venido abajo.

En aquella depresión tan fuerte, nada me importaba, toda mi religión estaba deshecha, devastada.

Me aferraba únicamente a Dios, decía solo tú Señor eres Verdad, de ti nunca seré defraudado.

Un día mi esposa me dijo, ¿porque no vas y buscas a las señoras que se reunían y hablas con ellas ?. Entonces me levanté tomé mi Biblia, que tenía olvidada y me fui a buscar a mis hermanas.

Al llegar a la casa de la Sra. Ángeles la encontré y me dijo: Hermano José Luis, nada me interesa, mi esposo me ha llevado al psicólogo pero nada me importa, solo estoy tirada en cama con la mirada fija.

Ella también había caído en un estado depresivo.

Entonces le conté que a mí me sucedía lo mismo, que ya no había vuelto a leer La Biblia por todo lo que había pasado.

Habíamos pasado meses sin leer La Palabra, entonces llorando le pedimos a Dios que nos levantara y empezamos a leer nuevamente La Santa Palabra de Dios.

Empezando a leer, Nuestro Señor El Espíritu Santo nos dio consuelo y nos dio nuevamente vida, alegría y gozo, y una Fe Viva, fundamentada únicamente en Jesucristo el Hijo de Dios Vivo.

¡Gloria a Dios por su gran amor!

Juntos pasamos 3 años reuniéndonos en su casa, las hermanas iban a «la iglesia» a compartir un poco de lo que Dios nos daba, hasta que definitivamente dejaron de hacerlo, la gente estaba aferrada a sus devociones locales, y nosotros estábamos «mal» porque al sacerdote le llamábamos hermano.

Empezamos a vivir cada quien una oposición cerrada tanto de amigos, y familiares, que nos censuraban y ofendían, debido a su falta de comprensión de las cosas de Dios.

José Luis ya es «hermano», con risas y burlas, otros decían: dicen que ahora es «hermano separado» ¡que tristeza!

Libro: El Hermano de Asís – Padre Ignacio Larrañaga por Francisco-admin en Apóstoles, Conversión, Descargar Libros Católicos, Dios, Jesús, La Fe Católica, Padre Ignacio Larrañaga, Pruebas de Fe, San Francisco de Asís, Santa Clara de Asís, Santos, Vocaciones

Bellísima biografía de San Francisco de Asís, la que nos trae en este libro el padre Ignacio Larrañaga. Desde la primera hasta la última página no puedes dejarlo. Gracias a la amena literatura, te sientes como un compañero de camino del mismo San Francisco, desde antes de su conversión hasta sus últimos minutos de vida, pasando por mil aventuras, algunas cómicas otras trágicas, pero todas con el amor de Dios a flor de piel. El contraste entre el mundo del Pobrecillo de Asís, y nuestro mundo luce abismal, sin embargo al pasar de las paginas vamos sintiendo que nosotros mismos somos capaces de lograr las maravillas que logró el Padre de los Franciscanos.

El cardenal, en su fuero íntimo, estaba de acuerdo cien por cien con los ideales de Francisco. Pero, conociendo los entretelones de las curias romanas, tenía miedo de que la solicitud de Francisco fuera denegada, y quería prepararle anímicamente para evitarle una profunda frustración.

—Sería terrible —pensaba- que este nuevo profeta emprendiera también la vía de la contestación.

—Además —continuó el cardenal—, ya sabes lo que pasa, y eso es historia humana a todos los niveles (y no sólo en los palacios y curias). Para emprender una empresa grande y original (o para aprobarla, en el caso presente) siempre hay más razones para dejar de hacer que para hacer. Tenemos miedo a lo incierto y desconocido; y preferimos la seguridad de lo conocido a la incertidumbre de lo desconocido. A toda costa queremos evitar el fracaso. Después de todo eso, y por todo eso, te propongo una solución: ¿Por qué no incorporarte a una austera Orden religiosa que tenga las características de la vida que queréis vivir? ¿Qué te parece, hijo mío?

El poder de la debilidad.

Hubo un silencio prolongado, pero no angustioso. El Pobre de Dios miraba al suelo. No era la primera vez que le hacían esta proposición ni sería la última. Al cabo de un momento volvió a repetir con voz apagada y gran naturalidad: Demasiado temerario.

—No tenemos nada comenzó hablando con calma—. No tenemos estudios ni preparación intelectual. No tenemos casas ni propiedades. Nos faltan influencias políticas. Nos falta base para ser recomendados. No podemos impresionar porque no ofrecemos palpables utilidades apostólicas ni eficacias sonoras. Parecemos una extraña Orden de la Santa Ignorancia y de la Santa Impotencia.

La intensidad de su voz fue en un crescendo acelerado.

—No podemos -continuó- ofrecer a la Iglesia universidades para formar combatientes para defensa de la verdad. No disponemos de un escuadrón bien compacto de dialécticos para confundir a los albigenses. No tenemos amplios recintos monásticos para cobijar a los hombres que quieran consagrarse a Dios. No tenemos nada, no podemos nada, no valemos nada.

Y en esto, llegado al clímax más agudo, el Pobre de Dios se puso de pie, levantó los brazos y la voz, y añadió:

—Justamente por eso, porque somos impotentes y débiles como el Crucificado, porque hemos llegado al paralelo total de la inutilidad y de la inservibilidad como Cristo en la cruz, por eso el Omnipotente revestirá de omnipotencia nuestra impotencia. Desde nuestra inutilidad el Todopoderoso sacará las energías inmortales de redención; y por medio de nosotros, indignos, inútiles, ignorantes y pecadores, quedará patentizado ante la faz del mundo entero que no salvan la ciencia, el poder o la organización, sino sólo nuestro Dios y Salvador. Será la victoria de nuestro Dios y no de la diplomacia.

El cardenal se levantó sin decir nada y se retiró para que Francisco no lo viera con lágrimas en los ojos. Desde regiones olvidadas le habían renacido antiguos ideales dormidos hace tiempo. Volvió a entrar en el despacho y le dijo:

—Francisco de Asís, ve a la capilla y reza.

Él, por su parte, tomó la carroza cardenalicia y velozmente se fue a los palacios lateranenses.

Pidió audiencia papal con carácter urgente.

—Santo Padre —le dijo el cardenal—. Dios es testigo de cuán sinceramente hemos luchado en estos años por la santidad de la Iglesia. Hemos esperado un enviado del Señor para restaurar ruinas y resucitar muertos. Ha llegado el esperado, Santo Padre. Bendito sea Dios. He observado su vida y he escrutado su alma. Es un varón forjado en la montaña de las bienaventuranzas, y sus cuerdas vibran al unísono con las de Cristo.

El Pontífice se alegró visiblemente con esa noticia, y ordenó que se suspendieran las audiencias del día siguiente: que compareciera el tal varón evangélico con sus compañeros, y que asistieran también los cardenales a la reunión.

Recópilado y Elaborado por: Ervin Ariel jarquín Urbina

7 respuestas a Padre Flaviano Amatulli y las Sectas Protestantes. y Testimonios

  1. Padre, tengo unos comentarios que pueden servir, ahora que estoy viendo su «conversación» en MariaVision y encontré ésta forma de contacto:

    – «religión popular», haciendo referencia a las consultas astrales, de tarot, y demás. Está escrito en Deuteronomio 18: 10-12, que Dios lo aborrece ya que no es bueno «confiar» en otro(s) dios(es).
    – De las «imágenes», la ley hace referencia a «imágenes» de «otra» cosa: aves, pájaros, bueyes… el hacer una imagen de Dios no es malo.
    – De la Virgen Maria: Sabemos que Jesucristo es hombre y Dios a la vez, no podemos decir cuándo deja de ser hombre o cuándo deja de ser Dios, por lo tanto, Maria es madre de Jesús hombre y madre de Dios. Dios nos guía y ella nos protege.
    – Del nombre de «Jehová», es debido a que se invierten las vocales: YHWH (y con vocales es, Yahweh) y si se lee de derecha a izquierda, resulta el nombre de «Hewhay». Siendo esto un aberración.
    – La Eucaristía es la transfiguración del cuerpo y sangre de Cristo (el cordero de Dios, que se ofrece en sacrificio). Esta transfiguración es una «ofrenda» que Dios pide y requiere, ya que antes se hacía el sacrificio con sangre de animales y ahora se hace con la sangre de su Hijo Amado. Esto es obra del Espíritu Santo y blasfemar contra esto es lo que no se perdonará = Mateo 12:31

    Saludos

    • ana m dijo:

      Palabras de hombres nada de lo se expresa aqui es biblico la biblia tiene muchos versiculos aclarando q jesucristo es el hijo de Dios si piensan q jesucristo es hombre y tambien Dios estan contradiciendo la biblia y Dios no tiene porque mentir y ni hablar en doble sentido tanto amo Dios al mundo que dio a su hijo unijenito para que todo aquel q en el crea no se pierda mas tenga vida eterna . Maria si es madre de jesucristo y bendita fue pero hasta ahi Dios era,es y sera por los siglos de los siglos el no tiene principio ni fin maria no es madre de Dios en ningun versiculo lo dice y ni lo da a enter por amor a Dios usemos el razonamiento y hagamos la voluntad de Dios nuestro creador pidiendole siempre en el nombre de Jesucristo nuestro Salvador

      • ana m dijo:

        Hacer imagenes de santos y virgenes si esmalo ,porque lo hacen para arrodillarse ante ellas y pedir q intercedan por ustedes ante Dios la Biblia nos dice que el unico q puede interceder ;nuestro mediador es jesucristo su hijo porque el esta vivo sentado a la derecha del padre nadie mas a resucitado todos esos seres humanos q fueron fieles a Dios y buenos ejemplos de la fe ya murieron ya no pueden hacer nada porque ya estan muertos y la biblia dice que el proyecto que tengamos en mente lo hagamos vivos porque el muerto esta como en un sueño profundo no se mueve,no siente,no piensa y no puede actuar esta muerto ya no existe ni aqui ni en ningun otro lado solo en la memoria de Dios quien nos despertara para el juicio final.

      • eaju75 dijo:

        Nada de lo que dices tiene coherencia pues te digo que los católicos no adoramos a la Virgen María, ni a los santos pues ellos si son intercesores ante Jesucristo para que llegue la oración a Dios, padre, si es cierto que el único intercesor entre Dios y los Hombres es Jesús, pero entre los hombres y Jesús existen los santos y la virgen, pruebalo fíjate si Jesús no necesitó de los discípulos ni de su madre para iniciar su recorrido en el mundo y dar a conocer el proyecto de Dios, y muchos se sanaron, se volvieron a Dios porque los discípulos y su madre María intercedieron por las personas, lee los evangelios y te darás cuenta, leelos con el corazón y no con la mente perversa de los humanos que sirven sólo para dañar y mentir.

      • eaju75 dijo:

        Según su comentario es el que no tiene sentido ni es bíblico, pues es bueno que lea el Evangelio según San Juan cap. 17 versículo 21 al 22 y se va a dar cuenta si Jesús es hijo solamente de Dios o es Dios junto al padre, Jesús es Dios y María parió al hijo del Dios altísimo que es Dios también, por eso ella es madre de Dios, porque Jesús al ser el unigénito de Dios salió de él no como engendran los humanos sino que fue engendrado por medio del espíritu santo, San Lucas cap. 1 versículo 34 al 36, y dirás lo que quieras, pero tus palabras castigaran tu lengua y no Dios ni los hombres, es bueno que leas porque nada de lo que en la biblia se dice es lo que tú quieras opinar sino lo que Dios quiso hacer, para tú salvación, les duela o no María si es madre de Dios por que Jesús es Dios.

  2. Gilberto Antonio Rodriguez Cruz. dijo:

    Excelente para defender nuestra fe catolica. Soy Gilberto A. Rodriguez Cruz, Nicaraguese residente en Costa Rica, y Busco un Libro conocido como: Dialogando con los Hermanos separados, donde aparese la lista de todos los sucesores de pedro hasta el papa Juan pablo segundo, y la Historia de cada una de las sectas protestantes. Donde lo puedo hayar. Por favor les ruego me envien informacion a mi correo: titoambiental @gmail.com para poderlo comprar. Me es urgente tener ese libro. Gracias.

    • eaju75 dijo:

      Amigo Gilberto la verdad yo tengo todo esos libro y los encontré en mi parroquia, pues todo eso lo debes encontrar en parroquias donde andes, ya que todos los católicos actuamos bien sobre todo para defender nuestra fe, por ello te recomiendo que visites también la pagina web de EWTN, allí encontrarás todo lo que deseas a cerca de la fe católica, es un placer poder ayudarte, saludes y bendiciones.

      Atte: Dr. Ervin Jarquín

Replica a Gilberto Antonio Rodriguez Cruz. Cancelar la respuesta